miércoles, 30 de septiembre de 2015

Chicos de barrio


Hay un barrio querido amigo (y disculpa que te moleste a estas horas de la noche para contarte cosas que ya sabes), hay un barrio que tiene una esquina aquí, otra por tu nueva casa y otra esquina mucho más al sur.

 El mundo a veces es tan chico... En ese barrio nos movemos nosotros y nuestras pobres almas cargadas de sueños, cariños y esperanzas, en ese barrio jugamos a la pelota, vos, yo y todos los otros, en ese barrio, cuando nos juntamos... "no le tenemos a la muerte"! En ese barrio no faltan las palabras que no tenemos a la hora de despedirnos porque aunque teniéndolas todas, no alcanzarían a completar la primer frase de augurios sin lágrimas. En ese barrio vale barrer la vereda (esto suena a trabalenguas) a los 30, comer hamburguesas, viajar para ver a un amigo, hacer un campamento, el rito del Kuemmerling, levantar la decimotercer copa por los caminantes, buscar a Santelmo en el Palo Mayor y charlar largo tiempo sobre lo pobre de la pesca o escuchar música.

Acababa de llegar de tu casa, sentía todavía el calor del abrazo y la "e" del "hasta luego y suerteee!" resonando aun en mis oídos. Es cierto, no podía dormir, los ojos se empecinaban en una humedad que nacía en la garganta y pensaba en el barrio... en la bóveda de ese azul profundo del cielo cuando yo era chico y no había luz de neón, en el carro del lechero y la admiración de todos cuando hacía el reparto, en la planta de nísperos y en las historias del "Viejo Franco"(Que Dios lo tenga en la Gloria!). Entonces es cuando se me confunden las historias y me encuentro contando... eins, zwei, drei... apoyado contra un paraíso y te veo salir de un escondite detrás del un árbol en una plaza lejana, corriendo, tratando de llegar.

- Salgan... salgan... libré para todos! (Gritabas y bailabas como si fuese el primer amanecer del  mundo) Salgan que tiene que contar otra vez! Salgan...

Algunos salieron rápido, eran los que estaban cerca o muy mal escondidos o los que creyeron que podían corregir algo; Otros salieron con desgano, los que aun mal escondidos sentían pereza y no querían mudarse ni aun frente a las promesas de nuevas oportunidades; Otros, en cambio, nunca salieron, esos fueron los que prefirieron quedarse a llorar solos, escondidos, en silencio. Entendiendo que lamentablemente estas calles no son iguales para todos! Yo los miré y me miro reconocíendome en diferentes oportunidades, en diferentes calles y en diferentes juegos y descubrí que a veces sólo nos toca contar.


Disculpa que te moleste a estas horas de la noche para contarte cosas que ya sabes, pero es que no podía dormir y me vinieron ganas de desearte buen día... de desearme un buen día o buenas noches... El mundo, a veces es tan chico... Ah! 

Néstor Melano (C) 2015

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